8 de diciembre de 2011

La lluvia caía, las hojas de los árboles pasaban con fuerza a mi alrededor y se perdían a lo lejos de la calle. El cielo estaba gris y con cada segundo se volvía más y más oscuro. Yo estaba sola, completamente sola. No escuchaba más que el leve silbido del viento y las gotas de la lluvia al chocar contra el suelo ya empapado. Me hubiese gustado que él este ahí conmigo. Sin que nada importe, sólo dos personas corriendo hacia ningún lugar. Dos personas dejando sus miedos atrás para avanzar hacia lo desconocido.
Desperté. El estruendo de mi ventana al cerrarse me trajo devuelta a la realidad. Llovía, al igual que en mi sueño. De hecho, la lluvia no era lo único que se parecía..

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